La Escuela de Artes de Motril se queda pequeña. Más de medio centenar de alumnos no pueden matricularse
El director de la Escuela de Artes Rubén García con alumnos en la puerta del centro (Motril@Digital)
Si inauguró el curso académico en la Escuela de Artes y Oficios de Motril con un número de inscripciones en todas las disciplinas, superior a 2010.
En Bachiller según afirmaba a Motril@Digital su director Rubén García Sánchez, se han quedado sin poder hacer la matricula más de medio centenar de alumnos. Alumnos que proceden gran parte de los pueblos de la Costa y Alpujarra.
El bachiller de Artes es muy demandado. Como dato anecdótico se producen un gran número de repetidores como consecuencia de que existe una connotación equivocada de que cualquiera puede aprobarlo sin estudiar. Los suspensos coinciden con las asignaturas de letras como filosofía, literatura, lengua...
Por cierto que los bajos del edificio han sido aprovechados por los alumnos para hacer grafitis sobre el muro, concediédole a la edificación y al entorno una sensación de buenas vibraciones.
La Escuela de Artes de Motril situada en la plaza de Cruz Verde, se ha quedado pequeña. Además de los estudios de Bachiller se imparten los ciclos formativos de grado Medio, Tapices y Alfombras y Decoración Cerámica, y de grado Superior se centran en las especialidades de Modelismo de Indumentaria, Proyectos de Obras de Decoración y Fotografía Artística.
Historia de la Escuela de Artes
La historia del edificio que alberga la Escuela de Artes es singular. En 1910 se publica un decreto donde Alfonso XIII concede a Motril una Escuela de Artes y Oficios, inaugurándose en 1911 por el entonces alcalde de Motril Francisco Pérez de Santiago acompañado por Francisco Moreu Auger y Eduardo Cazorla.
La Escuela de Artes ha tenido diversas ubicaciones a lo largo de su existencia, teniendo como domicilio las calles San Francisco, Marqués de Vistabella y el lugar que ocupa en la actualidad, la Plaza Cruz Verde en el antiguo Palacio de Ventura.
A finales de los 60 su director Manuel González Ligero promovió la rehabilitación del edificio actual y mientras tanto se trasladaron temporalmente a la zona norte de Motril a la nave industrial de la empresa Vigas Remarro. En 1971 se volvió a ocupar el edificio y en 1973 se hizo la inauguración oficial.
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