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Medio centenar de 'nuevos colonos' se apropian de la vega de Motril

Foto Motril@Digital

Granada Hoy.- Unos cincuenta agricultores han ocupado parcelas que se encontraban abandonadas en la vega de Motril, sobre todo, por la zona de Playa Granada. Granada Hoy pudo hablar con dos de ellos, porque el resto tenía miedo ya que sabe que su ocupación es ilegal, al menos de momento. La situación se prolonga desde hace algún tiempo y el Ayuntamiento está al corriente de la situación. El argumento de estos ’colonos’ del siglo XXI es que estos terrenos que estaban destinados a ser urbanizados, después de la crisis del sector de la construcción han perdido esa finalidad. Asimismo, apuntan a los beneficios que se derivan, en su opinión, de una actividad que entienden que "no hace mal a nadie", ya que de estar baldíos han pasado a ser puestos en cultivo, y ’de paso’ se han convertido en su medio de subsistencia.

Se da la situación paradójica de que el mismo sector de la construcción que les privó, años atrás, de llevar una nómina mensual a sus casas, ahora les concede la posibilidad de conseguir una ocupación con la que conseguir un jornal. 

David y Paulino son dos de estos ’nuevos agricultores’ que hasta hace poco no tenían ni idea de las labores de cultivo. Parados de larga duración, desde la ferralla llegaron al campo, y a medias explotan una parcela de unos 24 marjales, en la que cultivan guisantes y habas. El primero de ellos explica lo que les ha llevado a cultivar estas fincas: "El antiguo propietario cuando vendió la parcela al dueño actual puso como condición que en tanto no se construyera se podría seguir labrando la tierra, como no se sabe lo que van a construir allí, por eso nos dijo que podíamos cultivar en esa parcela". Un jubilado que gestiona una finca colindante les ayudó en sus inicios, dándoles consejos de como debían sembrar, regar... y el resto de las labores agrícolas. Y ahora, después de una trayectoria larga en su oficio, se han reciclado hacia este otro sector.

Primero fueron unos pocos los que ocuparon la vega, a los que progresivamente siguieron otros más, hasta llegar al medio centenar en estos momentos, según calculan. "La vega de Motril está abandonada y hay mucha gente parada" -continúa David- "esto no se puede soportar, cada día es peor. Estamos volviendo para atrás, en vez de ir hacia adelante el país va para atrás". 

Paulino también tiene la misma manera de pensar. "¿Qué hacemos parados dando vueltas? Pensando mal, porque esto va a ser una guerra como no se solucione. Yo no puedo estar un día sí y otro también sin nada que llevarles a mis hijos a casa. ¿Qué quieren, que vayamos a robar chirimoyos? Siempre pagamos los más débiles, los más desgraciados".

Ambos comprenden que lo que hacen no es legal y que no está bien, pero defienden también su actuación. "Es una lástima ver la vega como está descuidada, creciendo malezas, que cualquiera les pega fuego, que la gente tira cascajos. Las tierras así (señala a las cultivadas) están limpias. Nosotros para llevar la parcela hemos metido tractores, para levantar la tierra, para quitar carriceras, cortar árboles y limpiar balates". David apunta con el dedo a los balates que no están cuidados y cómo las últimas lluvias han propiciado el desborde del agua. "Con los balates limpios, el agua circula y vierte al mar, cuando está sucio se producen las inundaciones en Santa Adela, en el Camino del Pelaíllo y en Playa Granada, porque la vega no está cuidada".

"Nosotros nos hemos metido aquí porque las tierras están abandonadas, no tenemos para tirar para ningún lado, la gente se ha echado para adelante y aquí hay muchas familias, aquí estamos unos 10", pero extiende el brazo para mostrar la amplitud del terreno y para decir que "allá hay más nuevos agricultores y más allá más, y más allá más..." Estos terrenos llegan hasta las urbanizaciones de Playa Granada, pero en otros tiempos estaban destinados a construir edificios.

La vega, que generaciones atrás fue cultivada de caña de azúcar que generó riqueza y prosperidad a la ciudad de Motril, se está llenando de nuevos cultivos alternativos y además de las habas y guisantes hay col china, cebolletas, habichuelas verdes, lechugas, guisantes, rábanos… Estos son productos que se pueden comercializar bien en la actualidad y que son rentables. Todo ha cambiado en pocos años.

"No salimos mal en esto del campo, a veces se gana, otras se pierde", explica Paulino. "Nuestras familias nos ayudan a invertir en la tierra, un dinero que tampoco tienen, pero entre todos nos apoyamos para salir adelante, para meter las máquinas, traer los mulos, sembrar, abonar… Si viene bien el fruto, nosotros también podemos darle un jornal a la gente que está parada".

No obstante, lamentan que la comunidad de regantes el último año ya no les da suministro para regar porque no son titulares de la tierra. "Con el problema del agua se ha ido todo de raíz, ahora es una aventura, a ver si recuperamos el dinero o no", se queja Paulino. "Nosotros cuando nos hacía falta regar, pagábamos, y antes nos daban el agua, pero ahora la comunidad de regantes no nos la da porque dice que no somos propietarios". David apostilla que tiene en su casa "sellos de haber estado pagando el agua" y hace hincapié en el problema que se les presenta. "Si a nosotros en la primavera, que es cuando cultivamos, no nos dan el agua, no podremos sacar adelante las plantas".

Aunque el PGOU de la localidad costera recoja que son terrenos urbanizables y, por tanto, no son suelos rústicos, estos nuevos agricultores consideran que son cultivables, pues están los balates para el riego. Dicen que bajan los balates llenos, por lo que el problema no es de falta de agua, y lamentan que tengan que regar con el que les sobra a otras fincas, porque a ellos les gustaría pagar como todo el mundo. "Tenemos que aprovecharnos de los sobrantes de otras tierras, porque cuando riegan los de arriba ese agua se va conducida a la mar, incluso el año pasado pagamos, aunque no nos dieron sello, y ya este año nos han dicho que no hay agua".
Estos agricultores han acudido al Consistorio para que interceda en este problema. "Hemos tenido varias reuniones con el Ayuntamiento, hemos acudido mucha gente y nos dan largas, nos escuchan pero cuando salimos por la puerta pensamos se les olvida". La solución que les propusieron tampoco les convenció. "Vinieron con una empresa para plantar cebollas, con unas condiciones en las que nos exigían una inversión y luego querían participar en los beneficios, eso a nosotros no nos interesa, invertir un dinero que no tenemos, y trabajar para ellos".

David y Paulino buscan una solución. "Hemos pedido a la comunidad de regantes que nos diga quiénes son los propietarios de las fincas, no queremos las tierras para nosotros, sabemos que no son nuestras, a mí no me importa pagar una renta en unas condiciones aceptables, pero que pueda recibir el agua cuando la necesite e incluso nos iríamos a otros terrenos si en aquellos nos dan el agua que ahora nos niegan".

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