DIA 40. CON VIRGILIO EN EL SOFÁ: "LA MEJOR DEFENSA, EL ATAQUE" por Miguel Ávila Cabezas
Estábamos Virgilio y el menda en lo que estábamos, es decir, en lo de siempre: mano y pata sobre el sofá de terciopelo rojo, yo con el cetro en la derecha cual monarca de las ondas hertzianas apuntando a la línea de flotación del telediario, cuando en el aparatejo de nuestras sobremesas se presenta con toda la crispación de su labrada jeta un furibundo Carlos Floriano, vicesecretario de organización territorial del PP, amenazando con aquello de: “Los que la hacen la pagan. Y más de uno y de dos, incluido el Rubalcaba, se van a enterar de lo que vale un peine, por chivatos, por acusicas y por mentirosos”.
Ni que decir tiene que, sin que se le moviera un pelo de su poblada cabellera, estaba disparando su andanada a quienes pensamos que el asunto de los papeles, incriminatorios, del Bárcenas cada día que pasa está más claro que el caballo blanco de Santiago, que un amanecer en el Polo Norte o que el alba que para el oficio de la misa nuestro Sumo Pontífice lleva sobrepuesta al hábito y al amito más allá del bien, del mal y del oxígeno activo, que para algo aqueste es infalible y los demás unos falsos, guarrones izquierdosos y, en su defecto, unos pijos ácratas.
Como quiera que el mentado más arriba afirmase en comparecencia pública que van a ir “A por todos” y que de esta no se va a salvar ni el Potito, nuestra becaria de marras le pregunta, con su quebradizo tono de voz de jarrón de Sèvres, a quiénes se refiere cuando dice “todos”. Si es que dan ganas, Virgilio, de ponerle a la criaturica una presentación de los Goya y dejarle a Eva H la de los informativos de las 3. Con esta sí que nos íbamos a descongojar cuando anunciara, urbi et orbe, que el listón del paro en nuestro país ha batido el récord de los cuarenta minoyes y a continuación el gesto se le congelara como ella tan bien sabe hacer con la seja izquierda levantá. ¡Ay, Dios, qué cándida, qué angelical e inocente es nuestra becaria en prácticas! ¡Y cuánto la queremos cuando abre esa boquita de piñón dulce que dan ganas de comérsela a bocaditos labiodentales y, ya puestos, bilabiales! ¿Quiénes van a ser “todos”, alma de cántaro, sino todos, o sea, todos los que pensamos, porque sabemos, que el concepto es el concepto y la desfachatez de su ademán (el del florido pensil) la evidencia más clara de que en esos asientos contables hay algo más que algo, y muchos gatos (y gatas) garduños encerrados que en su día extendieron, con perdón, Virgilio, su ambiciosa zarpa para que fuese untada, como corresponde, por el tío Gilito de turno?
En consecuencia vamos daos cuando nos cite el juez instructor para pedirnos explicaciones de por qué nosotros (quiero decir: todos) dudamos de la honorabilidad de los que aparecen en los apuntes del Bárcenas si esos papelajos son más mentira que las que ellos (o sea: ellos) prometen en sus programas electorales copiados letra por letra de las memorias de aquel Karl Friedrich Hieronymus, barón de Münchhausen, que salió de una ciénaga tirándose de su propia coleta, aunque estos/ellos también lo intentan, para mí que inútilmente, haciéndolo con la lengua bífida y envilecida.
No sé si me explico con la debida corrección. Así que ya podemos a empezar a atarnos bien los machos porque la que se avecina va a ser de órdago cuando empiecen a citarnos, uno por uno, los jueces instructores designados para tal fin. Por lo que a mí respecta he decidido limitar mi curiosidad informativa a las gestas del Granada C.F., que este sí que nos va a sacar del hoyo tirando de chute y gol, aunque sea en propia puerta por el triste doncel apollardado. Esta vez no voy a solicitarle a Virgilio su juiciosa opinión no vayamos a eso, es decir, a pollas. Mientras exista “Saber y ganar” habrá esperanza. Y vida.
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