LOS TALLERES DE LA CASA DE LA CULTURA CLAUSURAN EL CURSO CON DIFERENTES ACTUACIONES Y EXPOSICIONES
Una gran fiesta con actuaciones en el anfiteatro y exposiciones de los trabajos realizados durante el curso en la Biblioteca Municipal, han despedido hoy los trece talleres de la Casa de la Cultura en los que han participado más de 600 alumnos.
Esta tarde ha tenido lugar la clausura de la temporada 2012-2013 de “El Cultural” de la Villa, por cuyos talleres han pasado durante el año centenares de vecinos de Salobreña. Buena parte de lo que los alumnos han aprendido a lo largo del curso se ha podido comprobar hoy en las exhibiciones y exposiciones organizadas, como parte de la clausura, por el Área de Cultura del Ayuntamiento de la Villa.
Así en primer lugar, la responsable de cultura en el Ayuntamiento de Salobreña, Mª Eugenia Rufino, inauguraba la exposición con los trabajos de pintura, tapices, porcelana o encaje de bolillo que podrán admirarse hasta el 13 de junio en la sala de exposiciones de la Biblioteca Municipal.
Momentos después era el anfiteatro el que acogía las actuaciones de las escuelas municipales de flamenco, ballet, salsa, corte y confección y la escuela de música. Además el sábado tendrá lugar el estreno de la nueva obra del taller Municipal de teatro, “El retablo del flautista” dirigida por Gustavo Funes.
En su intervención, Rufino además de agradecer a los alumnos el permitir que todos los vecinos puedan disfrutar de sus trabajos, ha indicado que “el mantenimiento de estas escuelas es una prioridad para el equipo de gobierno, por eso, añadía, no paramos de buscar las fórmulas que nos permitan no sólo seguir ofreciendo lo que tenemos sino también mejorar en lo posible así como ampliar la oferta.”
Así de cara al próximo curso la edil adelantaba que se están cerrando acuerdos para ampliar los talleres sobre todo en formación musical de modo que se puedan continuar los estudios reglados en Salobreña si tener que desplazarse a otras localidades.
Para finalizar los actos, desde el área de Cultura se le rendía un pequeño homenaje al trabajador del Ayuntamiento, Miguel Romero Padial, al que se le hacía entrega de una placa ante su inminente jubilación.
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