El presidente del TSJA reflexiona en Motril sobre el papel del derecho penal en la violencia familiar
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Lorenzo del Río, ha recordado que 650 mujeres fallecieron la última década en España a causa de la violencia de género y que unos 5 menores son objeto de violencia familiar diariamente en Andalucía
l La alcaldesa de la ciudad y presidenta del Patronato de la UNED en Motril, Luisa María García, ha inaugurado el curso ’Las violencias en la familia’ y ha subrayado el “ambiente universitario” que aporta a la localidad
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Lorenzo del Río, ha reflexionado esta tarde sobre el papel del derecho penal en la lucha contra el violencia de género y la violencia doméstica en la primera jornada del curso de verano ’Las violencias en la familia’. Del Río ha recordado que 649 mujeres españolas han fallecido en los últimos diez años como consecuencia de la violencia de género y que el maltrato infantil afecta a casi cinco menores cada día en Andalucía.
En su ponencia ’Familia y violencia. Un enfoque jurídico’, ha repasado algunos hitos jurídicos en la persecución de este “delito invisible”. Entre ellos, ha destacado la aparición de la figura de la violencia doméstica en 1983 y la irrupción en 2004 del delito de violencia de género, específico de la agresión hacia las mujeres. Según Del Río, la distinción de la violencia de género introduce unos cambios jurídicos que aumentan la intensidad del castigo porque es un fenómeno más grave que afecta al principio de igualdad.
El presidente ha puesto énfasis en la necesidad de que las mujeres maltratadas “se sientan siempre protegidas por el Estado” y ha admitido que no se puede erradicar el problema solo con el derecho penal porque las componentes educativas y sociales de fondo también deben avanzar. Esta reflexión marca el programa del curso de verano, patrocinado por la Autoridad Portuaria y cuya inauguración ha corrido a cargo de la alcaldesa de Motril y presidenta del Patronato de la UNED en la localidad, María Luisa García, quien ha subrayado la relevancia de los ponentes y el “ambiente universitario” que esta formación aporta al verano motrileño.
La finalidad principal del curso es “dejar atrás la idea de que la violencia familiar es solo violencia de género y dejar claro que es un problema mucho más complejo”, ha explicado el director del curso, Andrés Soriano. Para ello, el programa aborda las diferentes tipologías de la violencia familiar y adopta distintas perspectivas que ayudan a comprenderla. Para Soriano, la política y los planes de estudios están avanzando en la lucha contra la violencia familiar pero la realidad es “como un iceberg, las parte más importante no se ve”.
El curso, que finalizará el miércoles, ha tocado hoy los puntos claves para comprender la violencia en las relaciones de pareja. Soriano, que compagina su actividad como profesor de la UNED con su puesto de profesor de Pedagogía en la Universidad de Granada (UGR), ha resaltado que también se dan conductas violentas de las mujeres hacia los hombres, aunque en menor medida que en la dirección inversa. Su conclusión es el fruto de un estudio que llevó a cabo entre alumnos de la UGR.
En la jornada de mañana, los alumnos abordarán el maltrato a la infancia, a las personas mayores y la violencia filio-parental, que es la que se produce de los hijos hacia los padres. “La violencia filio-parental nunca ha aumentado tanto como ahora”, ha revelado Soriano. El fenómeno se tratará en una mesa redonda en la que participará el fiscal decano de la Sección de Menores de la Fiscalía Provincial de Granada, José Rogelio Muñoz.
La última jornada se dedicará a la educación para la paz, una modalidad pedagógica que aspira a resolver los conflictos desde la posición de la paz. “El ser humano es agresivo por naturaleza, y eso le ayuda a conseguir sus objetivos, pero la violencia es cultural, no hay ningún otro animal violento”, ha opinado Soriano. Desde este punto de vista, las conductas violentas son aprendidas y la educación es un buen remedio para responder a las tensiones habituales sin recurrir a la violencia.
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