CIEN AÑOS EXTRAORDINARIOS
Un vecino de la Villa de Salobreña, Miguel Fajardo Espinosa, cumplía ayer 100 años y la concejal de bienestar social, Mª José García, en nombre del Ayuntamiento, quiso felicitarle y soplar las velas junto a su familia. “Es un orgullo para el nosotros poder celebrar junto a uno de sus vecinos y su familia una fecha tan señalada", manifestaba la edil.
El encuentro se convirtió en un acto emotivo, en el que familiares y vecinos, soplaron las velas junto a Miguel y recordaron la trayectoria del homenajeado que empezó a trabajar desde muy joven en el campo pasando después a convertirse en mecánico de la misma azucarera donde trabajan sus padres. Y al contar sus vivencias, pone de manifiesto la impresionante memoria que tiene y la rapidez mental con la que todavía cuenta las cosas, como si tuviera 20 años. Y es que él mismo manifiesta que “no se siente una persona mayor”.
Miguel siempre ha sido un hombre muy fuerte, alto y corpulento y un trabajador incansable. Además sigue conservando una simpatía y una educación extraordinaria.
Por otro lado, es tan independiente que vive solo, aunque sus hijos le llevan la comida, le cuidan y se turnan para quedarse con él por las noches. Pero él necesita sentirse útil, comprar sus cosas en el Mercado o poner la lavadora. Sale a la calle con su andador y su sombrero, prenda que le ha acompañado toda la vida, y va al parque, se sienta cerca del mercado o se para a charlar con sus amigos
Con una salud de hierro, no sabe lo que es el azúcar, ni el colesterol, ni la hipertensión... No come nada frito, cuida muchísimo su alimentación y no prueba el alcohol.
Lo único que se le resisten son un poco las nuevas tecnologías. ¡Quién le iba a decir a él, cuando era pequeño, que iba a conocer los teléfonos móviles y tantas pantallas, incluso la teleasistencia que le han instalaban estos días.
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