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El Ayuntamiento acondiciona el tradicional lavadero de La Garnatilla

El Ayuntamiento acondiciona el tradicional lavadero de La Garnatilla

Las labores en el lavadero de Ayacaras, cuyas referencias históricas datan del siglo XVIII, han atendido una reivindicación de los garnatilleros acondicionando el techo de madera de este espacio y a través de arreglo de parte de su saneamiento.

La alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro y la concejala de Anejos, Concepción Abarca, han visitado La Garnatilla para comprobar el estado en el que ha quedado el tradicional lavadero de Ayacaras, rehabilitado recientemente por el Ayuntamiento. 

García Chamorro ha declarado que este lavadero es un espacio tradicional y típico de este anejo motrileño en el que el Consistorio ha desarrollado labores de acondicionamiento de la cubierta y reponer las tejas de la techumbre, además de algunos trabajos para mejorar la red de saneamiento.



En este sentido, la alcaldesa de Motril ha recordado que una de las directrices que persigue el Gobierno municipal es la defensa y recuperación del patrimonio, tal y como pusimos de manifiesto ayer durante la visita a las obras de remodelación de la emblemática Plaza de la Libertad y como así atestiguamos hoy mediante las actuaciones llevadas a cabo en este lavadero del que hay referencias históricas que datan del siglo XVIII, aunque previsiblemente estaba en servicio antes, ya que forma parte de la red de canalización de agua de origen musulmán de este anejo.

En la actualidad, el lavadero es un lugar de visita obligada para las personas que acuden a conocer La Garnatilla y forma parte de la ruta del agua donde el turista conoce el sistema árabe que conducía el agua desde las estribaciones del cerro de Pinillo hasta la fuente Pocilla Agria. Esta fuente tiene dos pozas diferenciadas una para consumo humano y otra que sirve de abrevadero para animales. Del surtidor el caudal discurría hasta el lavadero y el sobrante se almacenaba en una alberca que servía para el aprovechamiento en fincas de regadío de la vega de La Garnatilla.

A lo largo de la historia, el lavadero fue un punto de encuentro obligado entre las distintas generaciones de garnatilleros que acudían a sus pilas para lavar la ropa antes de que las viviendas estuvieran dotadas de agua potable. En la actualidad, es un lugar pintoresco que sigue manteniendo la tradición de reunir a los vecinos.

Por su parte, la concejala de Anejos, Concepción Abarca, ha manifestado que esta obra de rehabilitación era una demanda de los vecinos que habían solicitado el arreglo de la cubierta para evitar desprendimientos que pudieran poner en peligro a los viandantes. 

Por último, la alcaldesa acompañada por varios miembros del equipo de Gobierno, ha aprovechado la visita para conocer las demandas de los vecinos. Así, se han detectado algunas deficiencias en la red de distribución de agua y saneamiento por parte de los que los técnicos de Aguas y Servicios, que elaborarán un informe para proceder a su reparación con cargo al canon de mejora de la Mancomunidad.

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