El testimonio de familiares de personas desparecidas y Paco Lobatón en la clausura del curso de la UNED Motril
Nunca antes se había sentido un silencio tan profundo en un aula de la Casa de la Palma de Motril. Ni nunca antes se había expresado tanto sentimiento desgarrado y a la vez fuerte. La última jornada del curso de verano sobre personas desparecidas, organizado por la Uned de Motril, cedió el protagonismo a los familiares de los desaparecidos quienes hicieron notar su voz, su lucha contra el olvido y contra las numerosas lagunas de las que sigue adoleciendo el sistema a la hora de localizar a quienes, en muchos casos, se fueron sin planificarlo y posiblemente en contra de su voluntad.
Durante muchos años -desde el 18 de agosto de 2000- la ciudad de Motril ha sido el epicentro del interés nacional en torno al caso de la desaparición de María Teresa Fernández, la joven de 18 años de edad cuyo rastro se esfumó en plena celebración de las fiestas patronales de la ciudad. Sus padres, Antonio y Teresa, se sentaron ayer en la tribuna de ponentes del curso de verano de la Uned sobre desaparición de personas, y nuevamente ofrecieron su testimonio y su aliento a quienes están en su misma situación.
La familia, que durante este largo periodo de tiempo ha mantenido una actitud valiente, luchadora y -sobre todo- muy digna, llevó nuevamente al público su mensaje comprometido y humano... “allá donde vayas, incluso de paseo, nunca dejas de mirar, de observar”, decía la madre con la entereza que siempre la ha caracterizado.
La pareja, además, apoyó a una emocionada Carmen Gómez Alarcón, hermana del joven Juan Antonio Gómez, desaparecido en la Costa del Sol en 2010, quien expresó lo que todos sienten: “ningún familiar quiere olvidar a sus desaparecidos, ningún familiar hace caso a historias crueles o grotescas”... Carmen relató las búsquedas y batidas por la Sierra de Mijas, donde se pudo perder la pista de su hermano; el sufrimiento familiar y la falta de procedimiento y coordinación que -dijo- ha marcado muchos de los momentos cruciales de la búsqueda del desaparecido: “sientes una impotencia mayor y sobre todo ante la ceguera de la propia sociedad”, decía Carmen.
Su testimonio recibió el apoyo de Flor Bellver, presidenta de Inter-Sos, para quien el camino que se inicia para las familias, tras una desaparición, es “de una soledad y desamparo absoluto” y a pesar de la formación de las propias fuerzas de seguridad aún falta mucho camino por recorrer, “hay que tener mucho cuidado y paciencia con las familias”, decía.
Conciencia social
En cualquier caso, el foro universitario del centro asociado de Motril sirvió ayer de llamada a la conciencia de toda la sociedad en general, ya que todas, absolutamente todas las personas, pueden ayudar y contribuir decisivamente en la localización de los desaparecidos.
Por otro lado, el periodista Francisco Lobatón participó ayer en la mesa redonda previa a la clausura en la que él mismo intervino. Lobatón, que durante 6 años dirigió y presentó el programa “¿Quién sabe donde?”, de TVE, reiteró ese mensaje lanzado a la sociedad: “España es un país solidario, la colaboración popular es un extraordinario potencial aunque hay que encauzar bien esa ayuda”, decía el periodista quien tuvo ocasión de compartir un momento de especial humanidad con los familiares de Maria Teresa Fernández, a los que conoció al principio de su dramática historia.
El popular periodista defendió la utilidad social de programas como el referido, que han marcado un hito en la trayectoria de la televisión pública, “así se pudo demostrar y a pesar de que las tendencias de contenidos televisivos han cambiado muchísimo, es un desafío posible y necesario pues se ha ido hacia una deriva muy banalista”. Y es que las historias humanas que hay detrás de cada desaparición permiten componer un relato muy interesante.
Lobatón ha seguido en primera línea el desarrollo del segundo de los cursos de verano de la Uned de Motril, dirigido por el profesor titular de Psicología de la Personalidad, José Antonio Ruiz Caballero.
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