El cernícalo vulgar planea sobre el humedal de la Charca de Suárez de Motril
Terminamos el verano con una pequeña rapaz, el cernícalo vulgar, un ave que abunda en la Costa Tropical y que usa la Reserva Natural Concertada de La Charca de Suárez de Motril como terreno de caza.
Este pequeño falcónido, de larga cola y alas anchas y relativamente apuntadas, presenta un acusado dimorfismo sexual tanto por lo que respecta al tamaño (las hembras son mayores) como en lo relativo a la coloración del plumaje. Los machos adultos poseen el dorso de color rojizo, con manchas negras en cantidad variable, mientras que en las regiones inferiores —finamente punteadas— predominan los tonos crema; la cabeza es grisácea y aparece algo rayada de negro, en tanto que en la cara destacan las mejillas blanquecinas y una marcada bigotera oscura.
Las robustas hembras, en cambio, exhiben tonos más homogéneamente pardos, con las regiones dorsales profusamente manchadas, al igual que el pecho y el vientre, ambos de tonos ocráceos; la bigotera, aunque visible, resulta mucho menos evidente que en los machos. Los jóvenes son muy parecidos a las hembras (antes de la muda parcial del invierno), pero poseen bordes pálidos en las plumas de la parte superior del ala, particularmente en las coberteras primarias, así como el pecho más
estriado que los adultos. Se cierne a menudo, aleteando activamente para mantenerse suspendido en el aire, mientras otea el terreno a la búsqueda de alguna presa.
El cernícalo vulgar emite con frecuencia unos sonoros y agudos gritos, ki kii ki kii o triiii trrriii trrriii, especialmente cuando se siente alarmado o en las cercanías del nido.
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