"La apuesta por los puertos deportivos encubre casi siempre una operación inmobiliaria" por Iván Sánchez Marcos (IU de Almuñécar)

La historia del puerto deportivo de Velilla pone de manifiesto la hipocresía de los políticos y determinados agentes sociales cuando hablan de la necesidad de ciertas infraestructuras.

Si tan necesario es un segundo puerto deportivo para Almuñécar resulta extraño que el ayuntamiento haya dejado pasar treinta años sin que se construya un puerto que ya estaba aprobado por quien tiene competencias para ello.

Llama la atención en primer lugar la falta de iniciativa de los distintos alcaldes para resolver este tema. Y, en segundo lugar, aclaran bastante las argumentaciones dadas por el PP. En el fondo, lo que queda claro es que el puerto no se ha construido porque no es rentable, a no ser que junto al puerto se apruebe la construcción de miles de viviendas en zona no urbanizable. Es la misma historia de los campos de golf. No se trata de construir infraestructuras turísticas sino de, con esa excusa, construir viviendas allá donde no se puede.

Queremos poner de manifiesto la ignorancia que revelan declaraciones como las del presidente de la Asociación de Hoteleros de la Costa, quien ha dicho que tener el mar y no construir puertos deportivos es como tener un campo de tierra fértil y no sembrar nada. El señor José Andrés Fernández parece desconocer la incidencia que sobre el territorio tiene un puerto.

Desde Izquierda Unida no nos negamos a la construcción de puertos. Pero es innegable que no podemos llenar la costa de puertos como sugiere también en otra parte de sus declaraciones el señor Fernández.

La construcción de puertos afecta a cuestiones como el régimen de olas y mareas de la costa, el movimiento de arenas, la vida de animales y plantas, o la creación y desaparición de playas. Si fuera algo tan simple como sugiere el presidente de los hoteleros, no harían falta informes medioambientales a cargo de licenciados que llevan toda su vida estudiando estas cuestiones.