IX JORNADAS DERECHOS HUMANOS E INMIGRACIÓN por Luis Carlos Nieto
Defender los derechos de las personas que han tenido que migrar desde sus países de origen ha sido la seña de identidad más relevante de las “Jornadas sobre Derechos Humanos e inmigración” de Motril. Pretendemos contribuir con este trabajo a que la cultura de la frontera y la exclusión no se impongan a la cultura de los derechos humanos. Y ese es el compromiso que asumimos todos los años en la UNED de Motril y lo hacemos a través de un instrumento que describió muy bien Pietro Barcellona hace dos años en las jornadas: “juntar gente, pensar juntos”. El debate y el diálogo en ese espacio de tres días ha sido nuestra principal aportación al debate sobre las migraciones, siempre desde la visión de la defensa de los derechos. En la edición pasada ya debatimos sobre el paso atrás que estaba suponiendo el contenido de la denominada Directiva de Retorno aprobada por la Unión Europea en el año 2008 y sobre los efectos perversos que estaba suponiendo la tendencia que marcaba hacia la expulsión y el internamiento de los extranjeros. Desafortunadamente ya tenemos ejemplos. Los brotes xenófobos del Sur de Italia en los que ciudadanos de Calabria permitieron ataques indiscriminados de seres humanos por el hecho de ser inmigrantes y negros, precedidos de una ley de seguridad que convierte en delito la inmigración clandestina y completados con las declaraciones del Presidente Berlusconi afirmando que “menos inmigrantes significa menos criminalidad” son expresivos de esta tendencia. También las propuestas del Gobierno Francés, por el momento desestimadas, de elaborar “estadísticas étnicas” o el estéril debate sobre la definición de “ser francés”, que en el fondo esconde la restricción de derechos a los considerados “no franceses”. El colmo podría ser el referéndum suizo sobre símbolos religiosos como son los minaretes musulmanes. En fin, una tendencia que puede hacer irreconocible a esa Europa como “espacio privilegiado para la esperanza humana” que dice el preámbulo del Tratado de Lisboa. En nuestro país posturas como las del Ayuntamiento de Vic en Cataluña o Torrejón en Madrid, que han pretendido denegar (burlando la legalidad) el empadronamiento a los inmigrantes que no tienen tarjeta de residencia, privándoles así de los derechos a la salud o a la educación, dan cuenta del calado de esta tendencia. También en esta clave hay que situar la reforma de la ley de Extranjería de diciembre pasado, en la que se restringe la reagrupación familiar y se amplía el plazo a 60 días para el internamiento de los extranjeros que carecen de papeles en los Centro de Internamiento de Extranjeros, lugares con condiciones peores que las prisiones como afirma el informe del Defensor del Pueblo y donde se interna a extranjeros que no han cometido ningún tipo de delito. Frente a esta tendencia ya intuida por la Directiva de Retorno seguimos apostando por el reconocimiento de derechos y la integración de las personas migrantes pues están en juego los propios fundamentos del Estado de Derecho, en definitiva los principios que van a ser la ley del más débil. Con este planteamiento y con la ilusión de todos los años abordamos las novenas jornadas en las que hablaremos sobre todos estos asuntos, el impacto de la crisis en las migraciones, los derechos sindicales de los inmigrantes, las reformas penales, criterios de solidaridad y experiencias migratorias. Y como siempre la visión de las migraciones desde la literatura, el lenguaje o el periodismo. Esperamos que el programa sea de vuestro agrado.
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