OPINION: "Nombramiento de la Virgen de la Antigua como alcaldesa honoraria de Almuñécar" por Fermín Tejero (IU)
La consecución de los Estados aconfesionales ha sido un logro histórico de las sociedades occidentales que ha permitido avanzar en el progreso civil, científico y democrático de los pueblos. Existen en el momento actual suficientes evidencias del aislamiento y retroceso en las libertades civiles y en el progreso en aquellos países que no han implantado una separación real entre el Estado y las distintas confesiones religiosas.
España, en la senda abierta por la tradición europea moderna, incorporó como base de la organización del Estado y del marco de convivencia entre todos los españoles, el carácter aconfesional del Estado recogido en nuestra Carta Magna. Ese momento supuso una ruptura con la anterior situación de identificación entre Iglesia Católica y Estado, que sumergió al país en una época de atraso y oscurantismo.
La situación actual no permite hablar de una aconfesionalidad real del Estado Español, ni de las administraciones públicas. Se percibe un retroceso claro como consecuencia de la presencia de la Iglesia Católica en los órganos y estructuras del Estado y su cada vez mayor participación en los procesos de toma de decisiones.
El deterioro del marco aconfesional del Estado es de tal gravedad que se ha convertido en habitual la presencia dominante de la Iglesia Católica en la estructura administrativa del Estado, conculcando derechos esenciales, especialmente en los ámbitos educativo, jurídico, sanitario...; y relegando a la marginalidad a quienes reclaman desde la sociedad civil el cumplimiento de los principios generales que sustenta la Constitución Española.
De persistir esta tendencia involucionista, se corre el riesgo de ralentizar e incluso detener el avance hacia mayores niveles de progreso social, moral y de convivencia. El carácter reduccionista y unilateral de los principios confesionales amenazan la pluralidad intelectual y ética de las sociedades laicas, caracterizadas por el mestizaje, la multiculturalidad, la integración y la apertura. Almuñécar es un ejemplo claro de sociedad plural en cuanto al idioma, la cultura o la religión.
Reivindicamos el fortalecimiento de un Estado laico cuyos valores sean la libertad de conciencia, la igualdad entre los ciudadanos, al margen de sus convicciones religiosas, y la autonomía de juicio, cultivada gracias a una escuela pública y laica, depositaria de la cultura universal. La práctica religiosa ha de ser completamente libre pero circunscrita al ámbito privado.
Muchos ciudadanos de este país pensamos que un Ayuntamiento debe representar a todos sus vecinos, y que la religión es un asunto privado que no tiene nada que ver con las mayorías o minorías que configuran los distintos partidos políticos.
Hechas estas consideraciones, entendemos que el nombramiento de la Virgen de la Antigua como alcaldesa de Almuñécar es una devaluación de la democracia, una sinrazón y una forma de burlarse al mismo tiempo de las instituciones y de las creencias, al mezclar algo íntimo, como es la religión, con una institución pública de carácter político, como es el ayuntamiento.
En Almuñécar convivimos con total naturalidad católicos, protestantes, budistas, islamistas, ateos o agnósticos. Esta convivencia multicultural debe ser respetada y estimulada con actos que integren y no traten de situar a ninguna religión por encima de las otras.
En nuestra opinión, no es lícito imponer una servidumbre mágica de ese tipo. Si el día de mañana, en una ciudad española cualquiera, los musulmanes son mayoría y el ayuntamiento adopta una medida similar con Alá o con Mahoma nos parecerá una falta de respeto equiparable a la que aquí se pretende.
En plenos anteriores, el alcalde se ha negado a pasar a votación mociones de gran trascendencia para la ciudadanía referentes a temas como la injusta tasa de basura o la desproporcionada zona azul. Hoy nos trae una moción que no sirve para mejorar el nivel de vida y de convivencia de los almuñequeros sino para crear un agravio hacia miles de ciudadanos y ciudadanas del municipio.
Hoy, como prueba de respeto a los miles de almuñequeros que no son creyentes o son creyentes de otras confesiones religiosas, pedimos al Pleno que este tema se quede sobre la mesa y no se pase a votación por entender que no es esta una competencia municipal.
0 comentarios