Once años después se sigue buscando a la motrileña María Teresa Fernández
La Policía Nacional busca nuevas pistas que ayuden a encontrar a la joven de Motril, María Teresa Fernández, que desapareció el 18 de agosto de hace ahora once años cuando supuestamente se dirigía hasta el recinto ferial del Cortijo del Conde de la ciudad costera de Motril para disfrutar de los festejos en honor a la patrona, la Virgen de la Cabeza.
El padre de la joven, Antonio Fernández, ha señalado a Europa Press que a finales de la semana pasada se reunió con Francisco Pérez Polo, el inspector de la Policía Nacional de Motril que lleva el caso para conocer las novedades. El agente explicó a los padres que tanto el Cuerpo de Seguridad Español como la Interpol, que colabora en el caso, buscan nuevas pistas que permitan abrir nuevas líneas de investigación porque las actuales están casi agotadas.
En cuanto a los ánimos, Antonio Fernández afirma que él y su mujer que los tienen por los suelos “aunque no perdemos la esperanza y confiamos en encontrar a nuestra hija con vida”. “Estos días lo estamos pasando muy mal porque todo nos recuerda a ella y a lo que pasamos en ese momento. No salimos del cortijo más que para ir a Granada a que el médico vea a mi mujer. Vivimos resignados y le pedimos a Dios todos los días que alguien nos dé una pista que nos lleve hasta ella. Nos agarramos a todo porque por el momento sigue sin haber nada claro”, relata.
Los padres de María Teresa, por segundo año consecutivo, no han querido organizar acto alguno para conmemorar la desaparición de su hija. “El médico ha recomendado a mi mujer que no participemos en actos que puedan causarle un shock que perjudique a su salud”.
La policía sigue investigando
La Policía Nacional trabaja en varias líneas, una de ellas es la carta anónima que recibieron los padres hace casi dos años “y que hizo avanzar bastante la investigación. El problema es que no sabemos quién la escribió, es como si esa persona hubiera desaparecido, porque no ha vuelto a dar señales de vida, pese a lo necesarios que son los datos nuevos para continuar con la investigación”, según asegura el propio Antonio Fernández.
Tanto los investigadores como los padres de la joven sospecharon hace casi cuatro años que Tony Alexander King, condenado por las muertes de las jóvenes malagueñas Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes, y que su amigo Robert Graham pudieran estar implicados en el caso por las similitudes con los dos sucesos mencionados anteriormente y porque los dos fueron vistos por la zona de Motril en la fecha en la que María Teresa desapareció.
Esa nueva línea de investigación llevó a la apertura del caso por tercera vez, lo que llevó a King a prestar declaración en el Juzgado que instruye el caso. El hombre llegó a decir que María Teresa había sido asesinada y que tenía el convencimiento de que el autor de la muerte había sido su amigo Graham, por lo que el propio magistrado y la Policía Nacional requirieron la colaboración de la Interpol para que buscase a este último y que acudiera a Motril a prestar declaración, algo que hasta la fecha no ha sucedido.
Desapareció el 18 de agosto de 2000
María Teresa Fernández desapareció el 18 de agosto de 2000, cuando tenía 18 años, en la Avenida de Andalucía de Motril, en pleno centro de la ciudad, desde donde iba a encontrarse con unos amigos para posteriormente trasladarse hasta el recinto ferial, ubicado a unos dos kilómetros de allí.
Los padres de la joven, desde que desapareció, iniciaron una campaña en su búsqueda que los llevó a repartir carteles con su fotografía por todas las comunidades autónomas, acompañadas de manifestaciones mensuales para evitar que el caso cayese en el olvido. En su lucha, contactaron con pescadores y camioneros para que llevasen la imagen de su hija a todos los rincones del país y anunciaron recompensas en páginas web a quien aportara pistas sobre su paradero.
Desde un primer momento, los padres de María Teresa Fernández descartaron la posibilidad de que su hija se escapara de casa porque no encuentran razones para ello. Además de los últimos avances, sólo se sabe que la joven mandó un mensaje corto al móvil de su novio que decía: “Puede que tarde pero voy, espérame”.
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