MOMO Y EL RATÓN DE ALCANTARILLA EN LA CRISIS por Juan Mateo López
No hay manera de controlarlo. Su ansiedad lo fagocita. Su mente analítica no da pie con bola. Está confuso y sorprendido. Su estado es surrealista. Su amistad con su amigo el ínclito ratón de alcantarilla barriobajera, es de lo más furibunda. Se quieren y se odian. Hay momentos del día que no pueden pasar el uno sin el otro y el resto de las horas se repudian con el gozo que da el placer de tenerse cuanto más lejos mejor. Son el blanco y negro. Ideales para discutir y para contemplarse durante horas con la satisfacción de que el uno afortunadamente no es el otro. Claro si es que Momo es una chinchilla de antepasados con árbol genealógico y su compañero de aventuras, un inteligente y astuto ratón de orfanato no identificado. Se dice que vino a este mundo por obra y gracia de un ave rapaz que lo llevaba en el pico, antes de toparse con un inoportuno cable eléctrico de alta tensión y quedarse chamuscado con las plumas haciendo el saludo al sol.
R.-¿ Pero qué te pasa Momo? Pareces el rabo de una lagartija. Estás pero no estás. Tranqui.
M.- Qué grande es ser ignorante.
R.- Oye…no te pases tres pueblos…que uno no sabrá cantar como lo hacen los pollos tomateros de las granjas de los clérigos de Notre Dame o balar como las ovejas de los establos de Cambridge, pero tengo una labia que ya quisiera las grandes ratas que anidan en la Universidad de Harvard…
M.-Si yo te hablo de la Prima de Riesgo tu cerebro de mosquito fósil, estaría pensando en la ratita cabreada de tu prima, que por otro lado no sabes quién es. Si te hablo de que estamos con el agua al cuello y con la posibilidad de que nos premien con un corralito argentino, capaz eres de bailarte un tango descompensado. Que no tienes ni idea “mus vulgaris”.
R.- Jo, como está La Momo. Ni que le hubiesen inyectado en vena la sabiduría del chotis de organillo verbenero.
M.-Marca distancias porfa.
R.-. Si con tu palabrería confusa quieres decirme que los contenedores están cada vez más vacíos y con más competencia para buscar algo que echarse a la boca, no hace falta que hables tan raro.
M.- Ahí está. Estamos fastidiados con J.
R.- Estamos jodíos
M.- Ya estamos…
R.- Si estamos jodíos, es que estamos jodíos…bueno… ¿y qué se puede hacer?
M.- Emigrar...irnos a hacer gárgaras a las alcantarillas alemanas. Allí dicen que hay todo tipo de desperdicios procedentes de platos 4 tenedores, con entrantes, salientes y otros bocados pecata minuta
R.- Y digo yo, ¿pa que os quiero piernas?...a jalar a la tierra prometida que aquí no nos comemos una rosca a medio triturar, ni con dentadura postiza.
M.- Tengo que reconocer que al margen de los años bisiestos, en ocasiones se te enciende la luz de tu vela mental…anda vámonosssssssssssssssss
M y R.- Yuuuuupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
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