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CON VIRGILIO EN EL SOFÁ. DÍA 50: COMO EN UN CHISTE DE GILA por Miguel Ávila Cabezas

CON VIRGILIO EN EL SOFÁ. DÍA 50: COMO EN UN CHISTE DE GILA por Miguel Ávila Cabezas

¡Vaya hartera de vida, Virgilio! ¡Vaya hartera! Te pones a pensar de qué va el asunto este de vivir y ganas te entran de arrojar por el balcón de la casa modernista, o meterle candela sin más, y sin paréntesis, a los cuatro enseres y cinco mil libros que, cual rémora importuna, se te han ido pegando al alma a lo largo del tiempo, y a continuación, sin demora, más ganas te entran aun de hacerte a la mar procelosa como el Ulises aquel de Homero a ver si, en la movida, llega uno al país de los lotófagos y, a falta de jamón y vino tinto, nos atiborramos de las flores esas que conducen al reino del olvido y enganchan tanto, o más, que el de recebo o el de bellota, lo cual es un decir y un hablar por hablar con tal de que tú te decidas a hacerlo un día de estos.

Yo no sé si, perdido como te encuentras en el fondo del subconsciente, te llegan de aquí arriba noticias frescas o putrefactas, o si ya estás flotando para toda una eternidad en la indolencia del limbo de los gatos y es por ello por lo que de ti no se manifiesta señal alguna de vida, sea a guisa de irrebatible flatulencia lentejera o lo sea, por qué no, derivada de ese ronroneo monocorde y malafollá que tanto te caracterizaba cuando, en vida de lo real, me dirigía a ti con la sana intención de pegar la hebra en el sofá de terciopelo rojo.

Están locos. Estamos locos, Virgilio. A donde quiera que vayas, doquier te encuentres y mires por donde mires únicamente te topas con el despropósito, la mendacidad y el fanatismo que, como la insensatez y la necedad, vienen a constituirr una misma concreción semántica. Vete, si no, a Yemen, o a Afganistán, o a Siria, o a Bangladesh o… o… o a donde sea vete; incluso, sin ir más lejos, a donde los contenedores de todas las interminables tardes de nuestra existencia. En todos los sitios se cuecen a destajo las habas de la locura. ¡Ah!, y no se te pase por la sutil cabeza, siendo mujer o, en tu felino género, gata doméstica, llamar a tu novio por teléfono en el primero de los mencionados lugares, pues a buen seguro acabarías achicharrado por obra y gracia de un papá demente.

De lo de Siria, ya te digo, cada día se habla menos. Está claro que las guerras civiles, cuando se estancan en el toma y daca de las ofensivas y las contraofensivas, sin más bajas colaterales que las consideradas políticamente correctas, dejan de interesar a los peñafieles del telediario. ¿Para cuándo una intervención como Dios manda? Y hablando de “estar”. Sabrás que la Merkel está que echa ácido clorhídrico por sus ubres frisonas con lo del espionaje USA a su ehrlich móvil, y como la Merkel treinta y cinco jefes de estado más, incluido el nuestro que en esta ocasión sí parece haberse enterado de la movida pues hasta ha llegado a convocar al embajador James Costos, en cuyo apellido parece llevar la penitencia, para pedirle explicaciones sobre el porqué y el para qué de tan eNojoSA trama. ¿Te imaginas a los agentes de marras interceptando la siguiente conversación con la secretaria del prostíbulo-sado “El euro feliz”? (Ring ring ring)

-         MARIANO: ¿Está la madame?

-         (…)

-         Que che ponga.

-         (…)

-         ¿De parte de quién va a cher? De Mariano.

-         (Visiblemente molesto.) No, “el corto” no. El de la Moncloa.

-         (…)

-         ¿Quiere hablar más claro, por favor? Pareche que hay interferenchias.

-         (…)

-         ¿Cómo que che acaba de ir al chupermercado a comprar las cochas de la chena? ¿Pero no me acaba de dechir que estaba en chu despacho?

-         (…)

-         ¡Ah!, ¿ya no está? ¿Y cómo la localicho yo ahora?

-         (…)

-         ¡Chí, en echo estaba yo penchando: en ir ahora al chupermercado eche teniendo como tengo a los de la ANTILOMCHE ahí afuera gritando y gritando chin parar contra mi ministro de educachón y chenchia.

-         (…)

-         Ya… Bueno, ¿le quiere dechir que he llamado para que me dé número para la próchima chechón chadomachoquista?

-         (…)

-         Chí. Con ligueros y zapatos de tacón de aguja.

-         (…)

-         ¡No! ¡De Andújar no! ¡De a-gu-ja!

-         (…)

-         Pues echo. Que está la cocha mu chunga…

¿Te imaginas, Virgilio, las carcajajajadas de los de la NSA y, después, las del Obama al escuchar la “grabachón”? Según tengo entendido hasta el mismísimo Marte ha llegado su festivo eco (el de las carcajadas, con paréntechis) y así, a lo tonto a lo tonto, hasta se le han fundido los plomos al Curiosity de la NASA esa. Si es que tiene tela marinera que te pillen de marcha con las manos en la macha telefónica. Por cierto, o me das una señal o me paso al Jaro. El que avisa no es traidor, pecador.

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