La "Mancha" del PP

Jesús María Cascón Murillo.- Salvo Sevilla y Jaén, el resto de presidentes provinciales del Partido Popular pasan olímpicamente de dar su apoyo sin fisuras a José Luis Sanz como candidato a la presidencia del partido en Andalucía. A estas alturas, con la que ha caído y con Susana Díaz plácidamente apoltronada en su doble sillón de presidenta de la Junta y líder del PSOE andaluz, chirría que los populares no hayan puesto cara a su alternativa electoral. Lo que también cruje como madera podrida es que, además, el candidato propuesto por Madrid vía Cospedal  y secundada por Zoido, sea un hombre que no ocupa plaza de parlamentario. Como Hernández Mancha. 

Cuando éste fue elegido presidente de Alianza Popular, el nuevo partido perdía en todos y cada uno de los debates contra Felipe González al no estar presente en el Congreso. Partida perdida de antemano y error de bulto. El PP parece caminar por la misma senda, la de repetir errores del pasado y ceder el testigo a alguien que no puede alzar la voz en el Parlamento porque no es parlamentario. Ni está, ni se le espera. Esta dificultad es lo desconcertante del asunto: toda vez que su ausencia le impide estar a la par con su oponente, ¿por qué se empeñan en alzarlo al puesto de jefe de los populares andaluces?. Cospedal y Zoido tienen la respuesta, pero no se apuren que no se la van a sacar ni con agua hirviendo.

 

Las provincias, a excepción de las dos mencionadas al principio, reclaman un candidato que cumpla con un perfil muy sencillo, pero muy claro: que sea parlamentario y que esté alejado de la influencia de la vieja guardia. Con Arenas auto defenestrado (aunque intentará hasta última hora poner a su tapado para continuar manejando los hilos de este teatro en el que se está convirtiendo el PP-A) y Zoido manejando un partido más mal que bien, toca a retreta. Borrón y cuenta nueva, savia joven, diferente y con carisma. No seré yo  quien proponga el candidato que pienso sería idóneo para contrarrestar la popularidad de Susana Díaz porque no estoy para dirimir combates ni para decantarme ni por la izquierda ni por la derecha. Pero sí diré que ese candidato, que cumple perfectamente con el perfil, que ha luchado en mil batallas locales, provinciales y autonómicas, lo tienen delante de sus narices. Lleva poco tiempo como portavoz de los populares en el Parlamento andaluz pero ya ha demostrado tener cintura, saber de lo que habla y poseer lengua sin pelos a la hora de entablar combates dialécticos con sus oponentes.

 

Tanto si Carlos Rojas es del agrado de la mayoría como si no, es evidente que el propuesto y designado a dedo por Cospedal, José Luis Sanz, no convence a muchos. Casi diríamos que conviene a dos de cada diez. El PP andaluz está cansado de gentes cercanas a Zoido y Arenas, personas capaces de pensar que se pueden ganar las elecciones (como así fue) pero incapaces de ver que el carisma de la vieja guardia te permite ganar... pero sin mayoría absoluta. Jamás antes una victoria había sonado tanto a fracaso. Y como "premio", Génova sigue confiando en los mismos en lugar de mirar a otras provincias donde no sólo se ha consolidado la disciplina de voto conservadora sino que, además, se ha tumbado una referencia histórica, dando paso a gobiernos provinciales inéditos que han sabido dar respuesta a las necesidades básicas de la población, Granada es un ejemplo de ello. Pero estos detalles parecen no tenerlos en cuenta en la dirección nacional. Ellos prefieren seguir confiando en sus guardaespaldas, no vaya a ser que la revolución empiece desde casa. Esa es la mancha de este partido, que por no fiarse de nadie comienza por no fiarse de los suyos más válidos y optan por dar confianza a los apegados aunque no hayan dado un palo al agua. El pelo les luce como les tiene que lucir.