A PROPÓSITO DE HALLOWEEN por Ángel Ortega Fernández
Estrenamos noviembre, a solo seis meses para las municipales de mayo, y hemos podido disfrutar de un magnífico fin de semana de ‘todos los santos’, transmutado en ‘Halloween’, con sus secuelas de terror y disfraces. Un divertimento para los menores, importado e impostado, pero que ha dado rienda suelta a la imaginación de niños y madres. Los miedos y fobias se han dado cita no solo en el ‘pasaje del terror’ de la plaza del Ayuntamiento.
Han saltado para interiorizarse, cual calvario ‘semana santero’ en muchos nichos del PP, donde la corrupción ha florecido como setas tras las lluvias de otoño. El ‘truco o trato’ ha salpicado en forma de operaciones ‘púnica’, tarjetas negras y otras singularidades, a ‘primeras espadas’ populares, generalizando una sensación de impunidad y latrocinio, que ha sacado los colores y las vergüenzas a la clase política que nos gobierna en Madrid (sin obviar la Sevilla de los ERE y los cursos de formación), y a la justicia, que parece hecha a la medida de los poderosos, cebándose solo en los más sencillos o los ‘roba gallinas’.
Una proliferación de casos de corrupción, que atenaza a los partidos mayoritarios y que debe pasarles factura, en una sociedad donde el cabreo y hasta la ira se ha instalado ante el saqueo impune de los caudales públicos. Puede que estemos ante un cambio de ciclo, o puede que sólo sea un paréntesis. Pero es claro que transitamos hacia algo diferente. No lo sabemos. Pero lo que sí tengo claro, como muchos, es la necesidad de un cambio y una regeneración de la política y la sociedad andaluza y española. Una necesidad de cambio que también afecta a Almuñécar.
Es incuestionable que estamos al final de un mandato, el de la Sra. Herrera, en el que la parálisis ha sido el ‘santo y seña’ de un gobierno errático. La falta de modelo de ciudad, la ausencia de medidas de reactivación de la economía local que permitiesen crear dinamismo y generación de empleo, la pérdida de población, con más de 2.100 habitantes que han tenido que emigrar, con el paro situado en máximos históricos desde el año 2011…, han llevado a la falta de esperanza a muchos conciudadanos. El recurso a Cáritas, o a la solidaridad familiar, se ha instalado en cientos de hogares sexitanos, que aspiran a desprenderse de los miedos y sueñan que algo cambie, para que cambien también sus vidas.
Es prematuro saber si ha existido algún tipo de saqueo, pero no es improbable ni descartable, viendo cómo se gestionan algunas áreas. Es altamente dudoso demostrar que se hayan producido o pretendido ‘pelotazos’, como los que salpican la geografía del PP en el solar ibérico. Pero algunos métodos y hasta empresarios ‘dudosos’, como el que iba a demoler el mercado municipal, han llegado a poner su punto de mira en actuaciones de Herrera y Aragón. Con una derecha que siempre ha contado con el apoyo incondicional de Tejero e IU.
Penoso ha sido constatar cómo han dejado podrirse algunas instalaciones municipales. Ejemplos sobran. El más gravoso, el cierre del aparcamiento del mercado, del que se cumplen estos días dos años, que ha provocado un deterioro en el edificio y un perjuicio a los comerciantes del entorno, difícilmente evaluables. Una situación parecida ha ocurrido con el acuario, donde más de la mitad de los tanques o peceras se asemejan a páramos desiertos de vida, mientras la única respuesta es culpabilizar al gobierno anterior; o en su defecto a una bióloga que ha dado fe de ello, en un intento de ocultar la propia incapacidad para afrontar su mantenimiento. Lo mismo ha sucedido con el parque de la naturaleza de Peña Escrita, que ha perdido la mayoría de sus especies más significativas, o el parque ornitológico Loro Sexi, relegado a idéntica situación.
Una incapacidad en la gestión de la que muchos queremos que se ponga punto y final. Será en las próximas elecciones de 24 de mayo. El futuro no está escrito. Entre todos podemos reescribirlo. La última palabra, los ciudadanos en las urnas.
Ángel Ortega Fernández
Miembro ejecutivo nacional PA e Historiador
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