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La «pesadilla» de la magistrada de Motril

La «pesadilla» de la magistrada de Motril

La Razón.-F. Velasco/ R. Coarasa.-Se trataría de una denuncia más por amenazas y lesiones de una mujer contra su ex pareja si no fuese porque la denunciante es una juez, la titular del juzgado de lo Penal número 1 de Motril (Granada).

Adelina Entrena tuvo que abstenerse, lógicamente, cuando el asunto llegó a su juzgado. Ella y su hija (quien presuntamente había sufrido lesiones por parte del denunciado) eran testigos en la causa.

El juicio se suspendió dos veces, la última, el pasado 30 de agosto, por la incomparecencia de ambas. Ese mismo día, minutos antes de la hora fijada para el comienzo de la vista, la magistrada remitió una nota a la secretaria judicial (el encargado de entregarla fue, precisamente, su ex pareja, que finalmente resultó condenado por estos hechos en septiembre) en la que, tras explicarle que no se iban a presentar porque su hija estaba indispuesta, le conminaba a transformar el caso en procedimiento abreviado y ponerlo «a la cola de los demás juicios». «No pongas fecha hasta hablar conmigo», le pedía antes de despedirse con un «Gracias, tu jueza».

   El Servicio de Inspección del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) considera que estos hechos pueden ser constitutivos de una falta muy grave por utilizar el cargo de juez «fuera de los cauces y funciones legales con la finalidad de obtener ventajas injustificadas no amparadas por dicho cargo». Según el informe, Entrena facilitó al imputado en la causa, «en la que ella se había abstenido» y «no podía actuar de ningún modo», una nota para que se la entregase a la secretaria judicial pretendiendo que ésta «realizase lo señalado en la misma».
   La magistrada alega que su hija sufrió un ataque de angustia y que, tras avisar por teléfono de este hecho a su secretaria judicial, redactó una nota «usual, sin viso de intencionalidad alguna». En la misma, continúa, le dijo que transformara el asunto en procedimiento abreviado porque se había pasado el tiempo previsto en la ley para su celebración como juicio rápido. «El hecho de ponerlo a la cola era referido a la cola por fechas de los juicios de violencia doméstica, que tienen carácter preferente, así como las causas con preso». Y respecto a su insistencia en no fijar la fecha del juicio, mantiene que, al corresponder a un juez sustituto, había que consultar con él el día.
   Con esa misiva, continúa el servicio de Inspección, la juez «intenta conseguir favorecer al imputado sustrayendo el procedimiento de la normal tramitación que venía acordada con el objeto de ralentizarlo», lo que supone un abuso de su condición de jueza para tratar de obtener «una ventaja injustificada como es darle al proceso la tramitación que a ella le interesa y que se demore su celebración, ventaja que hubiese sido imposible obtener de haber actuado como particular». Entrena explica que entregó la nota a su ex pareja porque tenía prisa, pues debía llevar a su hija al médico y se lo encontró dentro del edificio cuando se dirigía a la vista. La afectada considera «inaudito, incomprensible y de todo punto deshonroso pensar siquiera que denuncio a mi ex pareja por unos hechos tan comprometidos» y después «voy a querer ralentizar o no celebrar por argucias u otros medios este juicio, estando además mi hija de por medio».

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