Artículo de opinión de IU-CA de Motril
Desde IULV-CA y ante el llamamiento realizado por el Arzobispo de Granada a los fieles para que acudan a la manifestación convocada en contra del proyecto de ley que regula el matrimonio entre personas del mismo sexo, para lo cual no ha dudado en fletar 22 autobuses, pagados probablemente con parte del dinero destinado por los ciudadanos en su declaración de la renta para la Iglesia, añadiendo que sólo pedirán la voluntad a todo el que acuda (bien podía destinar este dinero a fines sociales), mostramos nuestro más profundo rechazo no sólo por la falta de coherencia de una Iglesia reaccionaria que no ha dudado en salir a la calle en contra de los gays, lesbianas, transexuales de este país, aunque pretenda hacernos creer que luchan en contra de una ley que discrimina los matrimonios verdaderos y ofende la inteligencia, sino porque se opone a una ley que no viene a coartar ningún derecho ni libertad sino que viene ha reconocer la igualdad de derechos civiles de todos/as los/as ciudadanos/as y es un gran paso en contra la discriminación de las personas por su orientación sexual.
Sorprende una vez más una Iglesia homófoba que no duda en movilizarse con llamadas como ésta a la desobediencia civil desde planteamientos religiosos en un Estado aconfesional como el español, los cardenales y altos responsables de la Iglesia Católica optan por situarse al borde mismo del respeto a la Constitución y de las leyes de las que democráticamente hemos decidido dotarnos los ciudadanos, más cuando anteriormente no lo ha hecho en contra de las leyes de asesinos como Hitler, Franco o Pinochet, ni de ninguna guerra o como los actuales conflictos armados de Irak, Afganistán.
Esta es un movilización planteada por los sectores más ultraconservadores de la sociedad, encabezados por la Iglesia y el Grupo Popular, frente a un realidad existente en nuestro país, una realidad que se ha perseguido e intentado ocultar durante demasiado tiempo
Sorprende una vez más una Iglesia homófoba que no duda en movilizarse con llamadas como ésta a la desobediencia civil desde planteamientos religiosos en un Estado aconfesional como el español, los cardenales y altos responsables de la Iglesia Católica optan por situarse al borde mismo del respeto a la Constitución y de las leyes de las que democráticamente hemos decidido dotarnos los ciudadanos, más cuando anteriormente no lo ha hecho en contra de las leyes de asesinos como Hitler, Franco o Pinochet, ni de ninguna guerra o como los actuales conflictos armados de Irak, Afganistán.
Esta es un movilización planteada por los sectores más ultraconservadores de la sociedad, encabezados por la Iglesia y el Grupo Popular, frente a un realidad existente en nuestro país, una realidad que se ha perseguido e intentado ocultar durante demasiado tiempo
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PORTERA -